Del maestro que amaba la guerr
A Heber, el maestro,
la guerra le gustaba a rabiar.
Al hablar de Federico el Grande,
sus ojos comenzaban a brillar,
mas Wilhelm Pieck no le lograba entusiasmar.
Entonces vino Schmitten, lavandera,
Que la porquería no podía soportar.
Cogió al maestro Heber,
y lo metió a la tina
para la porquería eliminar.
Bertolt Brecht
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