viernes, diciembre 01, 2006

Paz


Como despiertan las piedras olvidadas, así
se olvidan los bosques encadenados...Todo a
veces parece confundirse en los recuerdos,
como el retorno a la ensenada, del ángel, o
como el desfile de tristes guerreros que
encontraron en la paz su gloria sempiterna.
Veleros fantasmales siguen atracando en
silencio, entre hendijas de niebla.
Y el puerto alberga los sueños, igual que las
astronaves, porque hoy más que nunca urge
paz entre los hombres, hoy más que nunca,
amanece extranjero todo el patrimonio
geológico, heredado de la tierra...Hoy,
hasta los árboles renacen, olvidando su
vegetal amor, para darle el abrazo a la tierra.

Raffaello

Firenze, 1 agosto 2004

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