Día 7 y 8

Por una de varias y complejas  emboscada de la vida terminé viviendo de nuevo con mi mamá. No por mucho tiempo. Ella, me acompañó en momentos difícil: El regreso a su casa, asunto no fácil para mí; estuvo   en  mis imperceptibles huidas e innumerables silencios. No lo puedo negar, no entendía muchas cosas de ella, pero su amor a prueba de todo lo conocí en una tarde cuando recibió una llamada inesperada de un vecino, reportándole que un centenar de hombres, vestidos de verde me buscaban. No sé con qué  derecho ese grupo de hombres vestidos de esa manera, agazapados detrás de una excusa, (la seguridad de mi país, colmada de inequidades e injusticias)  interrumpen en mi vida para dañarlo todo, mis objetos personales, mi estabilidad afectiva y mis sueños convertidos en esperanzas. 

La recuerdo especialmente hoy, 7 de diciembre.

El  país  en la noche se viste de luces, se encienden las velas de todos los colores, faroles, y en las casas se cuelgan luminarias, haciendo de la noche  la más hermoso del año. Hace 12, estuve  con ella. Con exceso de ternura  me tocaba la piel y la cabeza, las caricias parecían las notas  de un blues inconcluso, yo pensaba que todo andaba bien, pero no, en la mañana del 8, ya de regreso a su casa, sentada en el sillón y con mirada de despedida, no podría ser otra, me dijo adios. !Terrible¡ la llevé al hospital, llamé a mis hermanos, mis dos hermanas. Mami, como todavía le decimos, no volvio a hablar.

El Día 11, se fue mi madre. De ella quedan imágenes, tal vez mas claras, de lo que fue su vida.

Elsy