lunes, diciembre 02, 2013

Y yo aquí, llorando lo perdido.



Cuando salgo a caminar, con el frio, un poco tibio de la mañana,  encuentro belleza y olvido.  Los pájaros ofrecen sonidos preciosos: hoy escuche el cantar de uno de ellos, no se su color, ni su tamaño, me detuve, era un lamento: Por qué  tanta tristeza en un pájaro que tiene como hogar el cielo, los árboles, ríos, flores, piedras, aire.  Me perdí en mis pensamientos haciendo remolinos con ellos, fueron  sólo  imágenes construidas por mí en esta mañana, cuando el olvido hace resistencia, como los cangrejos de mar  y de río que se arrastran con dificultad por la arena de los acuarios.

Tomando de nuevo el rumbo hacia la quebrada me pareció que me faltaba alguien, uno o 4.000 militantes de la Unión Patriótica asesinados por el Estado, pensé que el  día sería diferente ¿qué haría el día deferente? me pregunté a mí misma y me respondí: La única deferente soy yo, pero no, también ha cambiado el campo.

El arroyo con los días pierde su murmullo, el puente por donde deberían transitar los campesinos se cae, los páramos se secan, se agota la vida. Nada ha cambiado, todo es distinto y yo aquí, llorando lo perdido.

Me quedo con esta reflexión de Jaime Pardo Leal, asesinado por defender un mundo mejor para todos: "Si la muerte me sorprende no le tengo miedo soy un hombre dialéctico. El día que me muera vendrán otros mejores a remplazarme"

Elsy
                                                                               

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