Habitación propia
Hace muchos días quería leer: Habitación propia, de Virginia
Woolf, solamente, hace un año le había pasado algunas páginas. Por estos días quise
combinar mis pinceles, el lienzo, los oleos, con la lectura de este maravilloso
ensayo.
Virginia Woolf expone las dificultades de las mujeres para
consagrarse a la escritura en un mundo dominado por los hombres. Yo le añadiría
que no solo a la escritura, también a la pintura. Decía en su época: «Una mujer
debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción».
Del libro, por ahora, he subrayado
esta idea:
“Ay,
a la mujer que prueba la pluma se la considera una criatura tan presuntuosa que ninguna virtud puede redimir su falta. Nos equivocamos de
sexo, nos dicen, de modo de ser; la urbanidad, la moda, la danza, el bien vestir, los juegos son
las realizaciones que nos deben gustar; escribir, leer, pensar o estudiar nublarían nuestra
belleza, nos harían perder el tiempo e interrumpir las conquistas de nuestro apogeo, mientras que la
aburrida administración de una casa con criados algunos la consideran nuestro máximo arte y
uso”.
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