jueves, noviembre 16, 2006

Noche



Puedo inventarme reclamos urgentes, puedo hacer un mal cálculo del clima, puedo justificar mi existencia, pero no podría planificar una noche vacía, después de una tormenta.

Resulta que, los duendes, llenan la noche mientras todo está quieto.

Un árbol, una hoja, cae.
Se mueve el viento y se detiene queriendo estar en mis poros para, limpiar la humeda dejada por el olvido. Se resiste...

Los duendes, llenan la noche de sombras, todo se vuelve frío...
aparece el silencio sembrando
semillas de nomeolvides.

Suavemente,  acaricio el silencio,
mientras aparece la risa,
detrás de la tormenta.

elsy maría

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